Los radares de velocidad son uno de los principales instrumentos que utiliza la Dirección General de Tráfico (DGT) para controlar el cumplimiento de los límites de velocidad en las carreteras españolas. Según datos de la propia DGT, en 2020 se impusieron más de dos millones de multas por exceso de velocidad, lo que supone un 44% del total de las sanciones de tráfico. 

Sin embargo, no todas las multas de radar son correctas ni ajustadas a derecho. Existen una serie de motivos por los que se puede recurrir una multa de radar y conseguir su anulación o, al menos, su reducción. En este artículo te vamos a explicar cuáles son esos motivos y cómo puedes hacer valer tus derechos como conductor. 

¿QUÉ ES UN RADAR DE VELOCIDAD Y CÓMO FUNCIONA?

Un radar de velocidad es un dispositivo que emite ondas electromagnéticas hacia los vehículos que circulan por una vía y mide el tiempo que tardan en volver al receptor. De esta forma, calcula la velocidad a la que se desplaza el vehículo y la compara con el límite establecido para esa vía. Si se detecta un exceso de velocidad, el radar activa una cámara fotográfica que capta la imagen del vehículo infractor y su matrícula. 

Existen diferentes tipos de radares de velocidad según su ubicación y su forma de operar. Los más habituales son: 

  • Radares fijos: son los que están instalados en un punto concreto de la vía, normalmente en una cabina o en un poste. Suelen estar señalizados con un cartel indicativo y tienen un alcance limitado. 
  • Radares móviles: son los que se colocan en vehículos o trípodes y pueden cambiar de ubicación. No suelen estar señalizados y tienen un mayor alcance. 
  • Radares de tramo: son los que miden la velocidad media de un vehículo en un tramo determinado de la vía. Para ello, registran el momento en que el vehículo entra y sale del tramo y calculan el tiempo que ha tardado en recorrerlo. Si ese tiempo es inferior al que correspondería al límite de velocidad, se considera que ha habido una infracción. 
  • Radares aéreos: son los que se utilizan desde helicópteros o avionetas para controlar la velocidad desde el aire. Suelen emplearse en zonas donde no es posible instalar radares fijos o móviles.

¿QUÉ REQUISITOS DEBE CUMPLIR UNA MULTA DE RADAR PARA SER VÁLIDA?

Para que una multa de radar sea válida, debe cumplir una serie de requisitos legales y técnicos que garanticen la fiabilidad y la seguridad jurídica del procedimiento sancionador. Estos requisitos son: 

  • Que el radar esté homologado y verificado periódicamente por el Centro Español de Metrología (CEM). 
  • Que el radar esté correctamente instalado, calibrado y operado por personal cualificado
  • Que el radar aplique el margen de error establecido por la normativa vigente. 
  • Que la multa se notifique al conductor infractor en el acto o en el plazo máximo de tres meses desde la fecha de la infracción. 
  • Que la multa contenga todos los datos necesarios para identificar al conductor infractor, al vehículo infractor, al agente denunciante, al órgano sancionador, a la infracción cometida, a la sanción impuesta y a los recursos que se pueden interponer. 

Si una multa de radar no cumple alguno de los requisitos anteriores, se puede recurrir y solicitar su anulación o reducción.  

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¿CÓMO RECURRIR UNA MULTA DE RADAR?

Si crees que has sido multado injustamente por un radar de velocidad y quieres recurrir la multa, debes seguir estos pasos: 

  • Reunir toda la documentación necesaria para fundamentar tu recurso. Esto incluye una copia de la multa, una copia del certificado de verificación periódica del radar, una copia del manual de instrucciones del radar, una copia del informe técnico de la instalación y la calibración del radar, una copia del informe del radar y cualquier otro documento que pueda servir para demostrar tu inocencia o para invalidar la multa. 
  • Redactar un escrito de alegaciones dirigido al órgano sancionador en el que expongas los motivos por los que consideras que la multa es nula o debe ser reducida. En el escrito debes identificarte con tus datos personales y adjuntar toda la documentación que hayas reunido como prueba. 
  • Presentar el escrito de alegaciones en el plazo establecido para ello, que suele ser de 20 días naturales desde la notificación de la multa. Puedes presentarlo por vía electrónica a través de la sede electrónica de la DGT, por correo postal certificado con acuse de recibo o en cualquier oficina de registro público. 
  • Esperar la respuesta del órgano sancionador. Si acepta tus alegaciones, te comunicará la anulación o la reducción de la multa. Si las rechaza, te comunicará el inicio del procedimiento sancionador y te dará un nuevo plazo para presentar un recurso de reposición o para pagar con descuento. 

Si no estás conforme con la respuesta del órgano sancionador, todavía tienes la opción de presentar un recurso de reposición ante el mismo órgano o un recurso contencioso-administrativo ante el juzgado correspondiente. En ambos casos, el plazo para hacerlo es de un mes desde la notificación de la resolución. 

¿QUÉ PASA SI EL RECURSO ES DESESTIMADO?

Si el órgano sancionador no acepta tus alegaciones y confirma la multa, todavía tienes la opción de presentar un recurso de reposición ante el mismo órgano o un recurso contencioso-administrativo ante el juzgado correspondiente. En ambos casos, el plazo para hacerlo es de un mes desde la notificación de la resolución. 

El recurso de reposición es un trámite administrativo que consiste en solicitar al órgano sancionador que revise su decisión y la revoque o modifique. Para ello, se deben aportar nuevos argumentos o pruebas que no se hayan presentado anteriormente. El órgano sancionador tiene un plazo de tres meses para resolver el recurso. Si lo desestima o no responde, se puede acudir a la vía judicial. 

El recurso contencioso-administrativo es un trámite judicial que consiste en impugnar la multa ante el juzgado competente. Para ello, se debe contar con la asistencia de un abogado y un procurador, lo que supone un coste económico. El juez examinará el caso y dictará una sentencia que puede confirmar, anular o modificar la multa. El plazo para resolver el recurso puede variar según el juzgado, pero suele ser de varios meses o incluso años. 

¿QUÉ VENTAJAS TIENE RECURRIR UNA MULTA DE RADAR?

Recurrir una multa de radar puede tener varias ventajas, dependiendo del caso y del resultado del recurso. Algunas de ellas son: 

  • Evitar el pago de la multa o conseguir una reducción de la misma. 
  • Evitar la pérdida de puntos del carné de conducir o recuperarlos si se han perdido. 
  • Evitar la inmovilización o retirada del vehículo o recuperarlo si se ha incautado. 
  • Evitar la suspensión o retirada del permiso de conducir o recuperarlo si se ha anulado. 
  • Evitar antecedentes administrativos o penales por infracciones graves o muy graves. 
  • Evitar consecuencias civiles o penales por daños a terceros derivados de la infracción. 

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CONCLUSIÓN

Recurrir una multa de radar puede tener varias ventajas, como evitar el pago de la multa, la pérdida de puntos, la retirada del vehículo o del permiso de conducir, o las consecuencias civiles o penales por daños a terceros. Para ello, debes estar atento a los plazos, a los requisitos y a los motivos que puedes alegar para recurrir la multa. También debes contar con toda la documentación necesaria para probar tu inocencia o para demostrar los defectos de la multa. Y, por supuesto, debes tener paciencia y perseverancia, ya que el proceso puede ser largo y complejo.

Si necesitas ayuda profesional para recurrir una multa de radar, puedes contar con los servicios especializados de Pyramid Consulting, una empresa líder en gestión y defensa de multas de tráfico. Ellos se encargarán de todo el trámite y te asesorarán en cada paso para conseguir el mejor resultado posible. 

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