Desde la Unión Europea no paran de repetirnos una y otra vez el anuncio de la eliminación del combustible fósil para el 2035. ¿Pero esto es un anuncio firme y real, o un deseo que difícilmente se cumplirá? 

A pesar de que desde la Unión Europea se han posicionado claramente a favor del vehículo eléctrico e híbrido, poniendo trabas a cualquier otro tipo de vehículos, en sus continuos esfuerzos para orientar al usuario a la compra de coche eléctrico. Todo indica que esto quedará más bien en un simple deseo.

¿ES VIABLE LA EXCLUSIVA UTILIZACIÓN DEL COCHE ELÉCTRICO?

Entre las muchas razones que complican la utilización exclusiva del coche eléctrico, se encuentran las grandes dificultades técnicas, ya que en Europa la tecnología eléctrica es algo incipiente. Si hablamos del coste económico, a día de hoy, está fuera del alcance de la gran mayoría de usuarios. Y si estas razones no tuvieran ya suficiente peso, para tener una cierta seguridad de que no es viable la desaparición de los motores de combustión interna para 2035… atento a lo siguiente. 

Thierry Breton, comisario de la U.E, directamente ponía más que en duda, que esta medida se fuera a poner en práctica. Es más, animaba a los fabricantes europeos a seguir produciendo motores de combustión interna para perder el mínimo de trabajos, o que al menos fuera una pérdida gradual y que así, el mercado de trabajo tenga la capacidad de asimilar la pérdida de empleos producida por la electrificación del parque automovilístico. 

Esto ha llevado a que, en el 2026, se haga una revisión sobre esta norma (haciéndose reuniones trimestrales hasta esta fecha). Utilizándose esta revisión como freno de mano para ampliar esta medida más allá del 2035.

Sin embargo, no podemos negar que el cambio hacia una movilidad más sostenible es necesario y urgente si queremos reducir la huella de carbono y mejorar la calidad del aire en nuestras ciudades. Es por eso que los gobiernos y las instituciones europeas están trabajando en medidas para incentivar la compra de coches eléctricos, como ayudas económicas, exenciones fiscales o la creación de infraestructuras de carga. 

Además, los fabricantes de automóviles están invirtiendo cada vez más en investigación y desarrollo de tecnologías más eficientes y respetuosas con el medio ambiente, lo que da lugar a un aumento en la oferta de coches eléctricos y a una disminución en su precio.

ALTERNATIVAS AL COCHE ELÉCTRICO Y AL COMBUSTIBLE FÓSIL

Hay varias opciones de transporte alternativo al coche eléctrico y al combustible fósil.  

  • Los vehículos propulsados por hidrógeno: Los vehículos propulsados por hidrógeno son otra opción interesante de transporte alternativo. 

Biofuel: Aunque este tipo de combustible aún emite CO2, se considera mucho más sostenible que los combustibles fósiles. 

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¿QUÉ IMPLICARÍA REALMENTE LA ELIMINACIÓN DE LOS VEHÍCULOS DE COMBUSTIÓN INTERNA?

En primer lugar, tendríamos que plantear una transición paulatina hacia una movilidad más sostenible, que permita a los fabricantes adaptarse y a los usuarios asimilar el cambio. Esto implicaría una bajada gradual en la producción de coches de combustión interna y un aumento en la producción de vehículos eléctricos. 

Otro aspecto a tener en cuenta es la infraestructura necesaria para el uso masivo de vehículos eléctricos, como la creación de más puntos de carga y la mejora de la red eléctrica, para garantizar la autonomía y la comodidad de los usuarios.

También tendríamos que considerar los costes y el impacto económico que esta transición podría tener, tanto para los fabricantes de automóviles como para los usuarios y la sociedad en general. Habría que establecer medidas que garanticen una transición justa, protegiendo a los trabajadores y las comunidades afectadas por la desindustrialización del sector de combustión interna. 

Por otro lado, también hay que tener en cuenta el impacto medioambiental de la producción y del desecho de las baterías de los vehículos eléctricos. Actualmente, las baterías contienen materiales dañinos e implican un proceso de producción que genera emisiones de carbono. Es por eso que también es importante impulsar la investigación en nuevas tecnologías de baterías más sostenibles y eficientes.

CONCLUSIÓN

Por estas razones creemos que, aunque de forma progresiva, terminará imponiéndose el motor eléctrico. A día de hoy no habría por qué preocuparse si tenemos pensado decantarnos por un vehículo de combustión interna (diésel o gasolina). Ya que la prohibición del 2035 quedará al menos para esa fecha, en eso…. un “deseo”. 

En definitiva, la eliminación de los vehículos de combustión interna supondría un paso importante hacia una movilidad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, pero necesita ser abordado desde una perspectiva integral, considerando tanto los aspectos económicos, como sociales y medioambientales. Todavía queda mucho camino por recorrer.